De forma predeterminada las extensiones de los archivos identifican el tipo de formato y a su vez establecen las aplicaciones que pueden ejecutar dicho archivo, bien sea un documento, imagen, audio o un archivo comprimido.
De esta forma, cada extensión de archivo brinda la facilidad al equipo de traducir el contenido. Sin embargo, las extensiones de los archivos pueden ser modificadas a otro tipo de extensión, para que pueden ser leídas por otro programa.