Con el paso del tiempo la tecnología avanza a pasos agigantados, y el hambre de datos de usuario por las empresas de marketing lo hacen en paralelo.
Los usuarios cada vez se van haciendo más vulnerables a entregar más y más información personal. Bien sea, por realizar una compra o simplemente para acceder a contenido gratuito.
Al recate vienen legislaciones tipo GDPR, pero la adopción e implentación de las mismas es un proceso lento e ineficiente, que mata moscas a cañonazos.
A tal punto, que los datos básicos van quedando almacenados tanto en redes sociales como en buscadores, tiendas online, páginas web e incluso en foros públicos.
La realidad es que como usuarios proporcionamos cantidad incontrolable de información personal. Sin embargo, pese a la rápida difusión que pueda alcanzar la información, existen métodos para reducir e incluso eliminar completamente la información personal de un usuario de Internet.
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